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segunda-feira, 19 de outubro de 2009

Nota sobre o vazamento das provas do ENEM


Desde o ano passado, quando surgiu a proposta do novo ENEM para torná-lo um instrumento nacional unificado de seleção para acesso ao ensino superior, temos percebidos os atropelos do governo federal analisado a questão como preocupante.

Os atos que estão acontecendo em todo o país, como no Rio de Janeiro e em Recife que reuniu mais de 500 estudantes, desde o anúncio do adiamento da prova, são o resultado de uma política desastrosa do Governo Lula. Além do fato de o Governo Federal, através do Ministério da Educação, ter empurrado tal modelo goela abaixo dos estudantes, se prova que técnica e politicamente a proposta é confusa e equivocada.



Desde antes da notícia do vazamento e do cancelamento do exame, milhares de estudantes já sofriam dificuldades com a organização da prova. Diante do atual escândalo até a Polícia Federal investiga o vazamento. O fato é que o Governo não teve capacidade de organizar o exame e não conseguiria corrigir a tempo os erros até a data da prova. Um número, que passa dos 50 mil estudantes, tentava desesperadamente reorganizar seu local de realização da prova, pois o Ministério da Educação os havia alocado em lugares muito distantes da sua cidade de moradia para a realização da mesma. Isto prova que o vazamento e o cancelamento não são os primeiros e nem serão os últimos problemas do ENEM. Por essa razão, devemos apoiar todas as mobilizações que se desenvolvem, dos estudantes pré-universitários e dos universitários como na UFMT que ocuparam a reitoria contra a proposta do novo ENEM.



Infelizmente as direções majoritárias da UBES – União Brasileira dos Estudantes Secundaristas -, e da UNE – União Nacional dos Estudantes -, que apóiam o Governo Lula entusiasticamente nada falaram sobre a implantação do ENEM, são contra as mobilizações, e agora simplesmente ignoram que cerca de 4 milhões de estudantes estão prejudicados.



Nós, da O.E. (Oposição de Esquerda) da UNE, somos a favor da universalização do acesso ao ensino superior, por isso, contra o novo modelo do ENEM, por acreditarmos que este novo modelo não atinge e não reverte o principal problema que temos hoje, que é a falta de vagas nas universidades públicas. Hoje, apenas 11% dos jovens brasileiros em idade universitária (18 a 25 anos) fazem um curso superior, e destes menos de 4% estão matriculados em universidades públicas. Além disso, o novo ENEM coloca arbitrariamente em um mesmo patamar estudantes de realidades distintas. A prova é única para todos os estudantes do país e não leva em consideração disparidades e diferenças regionais e culturais.



Diante do cenário de crise econômica em que o governo Lula cortou 1,2 Bilhões do orçamento da educação, a única saída que os estudantes têm é seguir o exemplo das mobilizações para exigir apuração do vazamento das provas e a ampliação de vagas no ensino superior público com qualidade.

sábado, 10 de outubro de 2009

Michel Foucault, neoanarquismo, marxismo y la lucha por el poder



Este filósofo e historiador francés se convirtió en uno de los principales referentes de las corrientes que reivindican a los movimientos sociales en oposición al protagonismo de la clase obrera. Y que no se plantean luchar por la toma del poder.
Ante el ministerio de Justicia, Jean Paul Sartre y Michel Foucault reclaman por inmigrantes. 17/01/72
Ante el ministerio de Justicia, Jean Paul Sartre y Michel Foucault reclaman por inmigrantes. 17/01/72

Foucault creció en el seno de una familia acomodada. Su abuelo era psiquiatra y su padre cirujano. Estudió en un colegio jesuita, durante la ocupación alemana de Francia. Después de la guerra, se licenció primero en filosofía y luego en psicología.

Entonces era enorme la influencia del Partido Comunista francés, que capitalizaba el prestigio adquirido por la URSS, por su papel en la derrota del nazismo. Como gran parte de los jóvenes inquietos y rebeldes, y siguiendo al filósofo comunista oficial Louis Althusser, Foucault fue miembro del PC entre1950 y 1953.

Por el estalinismo rompió con el marxismo

La dictadura brutal que la burocracia encabezada por Stalin imponía en la URSS era defendida por la militancia comunista con todo tipo de argumentos, o simplemente con el silencio sumiso. Hubo un escándalo célebre, porque la Academia de Ciencias de la URSS, con Trofim Lysenko como héroe, y el Comité Central del PCUS votaron que no existían los genes, que la genética era una “ciencia burguesa”. Se prohibió su desarrollo en la Unión Soviética y fueron encarcelados los genetistas. El justo rechazo de Foucault a estas monstruosidades lo llevó a su definitiva ruptura con el marxismo. Era el camino que emprendían la mayor parte de los intelectuales y académicos que ponían un signo igual entre estalinismo y el marxismo. Desde la década del 30, sólo una ínfima minoría, prácticamente insignificante, se mantenía en la defensa del marxismo revolucionario, encarnado en la oposición trotskista, como fue el caso por ejemplo del sociólogo Pierre Naville. O reivindicaba al marxismo desde una posición antiestalinista.

Las críticas de Foucault a los dirigentes e intelectuales del PC describían una realidad. Señalaba que el Partido Comunista era parte de la institución universitaria y el establishment político, que se limitaba a acompañar los mismos temas y enfoques de la academia, que, por entonces, por ejemplo, dejaban afuera la psiquiatría y el funcionamiento político de la medicina. Además, criticaba el cerrado dogmatismo, “la repetición temerosa de lo ya dicho”*. Y un tercer elemento, decisivo, fue la utilización en la URSS de los hospitales psiquiátricos para encerrar a los opositores del régimen estalinista, que Foucault comenzó a denunciar a mediados de los cincuenta.

Buscando una sociedad más abierta que la francesa ante su opción homosexual, se trasladó a Uppsala (Suecia). Luego vivió en Varsovia y Hamburgo. Volvió a Francia en 1960 y publicó en 1961 su tesis de doctorado “Historia de la locura en la época clásica”. Fue un impacto, e instaló el debate entre los especialistas sobre el papel de los manicomios, las fronteras entre razón y sinrazón y su tratamiento.

Un intelectual rebelde

Meses después de la revolución de mayo de 1968, Foucault se radicó definitivamente en Francia. Junto a otros intelectuales, como Jean Paul Sartre, era solidario con las luchas y reclamos de los distintos sectores que se movilizaban. Se había hecho conocer más ampliamente por sus libros “Las palabras y las cosas” (1966) y “La arqueología del saber” (1969). Desde 1970 ocupó la cátedra de Historia de los sistemas de pensamiento en el Collège de France.

En 1971 ayudó a fundar el "Groupe d'Information sur les Prisons" (GIP) que se propuso dar una voz propia a los prisioneros, que no prosperó. En 1975 publicó una de sus obras más difundidas, “Vigilar y castigar”. Su último trabajo, “La historia de la sexualidad”, quedó inconclusa. El primer tomo, “La voluntad de saber”, fue publicado en 1976. El segundo volumen, así como el tercero, aparecieron ocho años después, y los tomos prometidos sobre la época moderna no alcanzó a hacerlos. Foucault murió de SIDA a los 58 años en París, en 1984.



* Microfísica del poder. Ediciones La Piqueta. “Verdad y poder”. Entrevista con M. Fontana.

Un antimarxismo alimentado por el fracaso de los partidos comunistas

La influencia de Foucault es muy importante actualmente en las corrientes neoanarquistas, autonomistas y horizontales antipartido. Estas fueron creciendo luego del Mayo Francés, cuando se hizo evidente la traición del PC y que se salvaba una vez más el capitalismo. El desprestigio creciente del “marxismo oficial” y del “socialismo real” impuestos por más de medio siglo por esas burocracias, dio paso a que en los 70 se fueran instalando corrientes idealistas y cada vez más irracionales en la intelectualidad francesa y al rechazo al materialismo histórico*.

Foucault consideró equivocada la concepción marxista de la existencia de las clases sociales, determinadas por la propiedad privada de los medios de producción, que dan lugar a un poder económico y político dominante (de la burguesía), que se ejerce sobre la gran mayoría, las clases y sectores explotados y oprimidos, en primer lugar sobre la clase obrera. Que existen instituciones y creencias o ideologías (falsas) construidas a lo largo de siglos por las clases dominantes, y que el Estado burgués (asentado en el monopolio de las fuerzas represivas) es el centro institucional de ese dominio sobre el conjunto de la sociedad.

Horrorizado por el régimen totalitario de la burocracia de Stalin, Foucault lo interpretó como la continuidad de la revolución obrera, con lo cual se cuestionó si era “deseable” la revolución y rechazó definitivamente al marxismo y toda política. En su concepción, existen redes de poder a partir de relaciones entre individuos, que interactúan en todos los niveles de la sociedad, dando lugar a sistemas más o menos verticales, más o menos centralizados y represivos, independientemente de los vínculos e intereses materiales de las personas agrupadas en clases determinadas por su ubicación económica y política, como sostiene el marxismo.

Su prólogo de 1972 a “El Antiedipo”, de Deleuze y Guattari, fue muy bien recibido por la militancia anarquista, antimarxista y antipartido. Allí satiriza (tomando bastante de la realidad) a los militantes comunistas, calificándolos de “tristes”, “burócratas de la revolución”, “funcionarios de la Verdad”. Y declara que el mayor enemigo de la humanidad es el fascismo. Pero no sólo el de Hitler y Mussolini, sino fundamentalmente el “fascista” que anida dentro de cada ser humano individual. Proclama entonces una “ética” para no volverse fascista, dirigida principalmente a quienes pretenden ser militantes revolucionarios: rechazar toda centralización, toda jerarquía, toda unidad totalizante, toda representación, y, más que nada, “no se enamore del poder”.

Con la caída del Muro de Berlín en 1989 y la posterior disolución de la Unión Soviética, al calor de esas revoluciones políticas antiburocráticas, las corrientes antipartido y movimientistas se fortalecieron. Foucault, fallecido en 1984, fue una creciente inspiración. Muchas de sus elaboraciones fueron tomadas por las corrientes que sostienen que cambió el capitalismo imperialista, que ya no va más la ubicación que en algún momento le dio Marx a la clase obrera (que habría desaparecido o cambiado totalmente su papel), que la tarea de la rebelión anticapitalista pasa por el desarrollo de los movimientos sociales (campesinos, indígenas, de genero, de trabajadores y desocupados, etcétera), sin jerarquías ni organizaciones políticas partidarias (que serían de por sí aparatos burocráticos y verticalistas), y sin la perspectiva de luchar por la toma del poder y la revolución socialista.

Uno de los referentes más conocidos de estas concepciones, surgido en 1994, es el subcomandante Marcos, que encabezó el zapatismo y que hace años que se ha silenciado. En lo académico, podemos nombrar al inglés radicado en México, John Holloway. En nuestro país, tenemos como ejemplo los movimientos de desocupados que se fortalecieron luego del 2001 -los MTD- y muchas de las agrupaciones independientes que existen en las universidades de todo el país.

Lo paradójico es que Foucault fue un rebelde, un luchador hasta que se murió, mientras que la amplia mayoría de los intelectuales argentinos “foucaultianos” son lo opuesto. Un caso relevante es Thomas Abraham, el más conocido de ellos, que apoya a la derecha de Mauricio Macri. Foucault tenía concepciones equivocadas, pero reconocemos su permanente solidaridad con las causas justas. Muchos de sus seguidores son incapaces siquiera de firmar una mínima solicitada contra una represión.

Por nuestra parte, sin desmerecer los aportes que este autor haya hecho en el estudio de las prisiones o de la sexualidad, consideramos que la realidad sigue confirmando al marxismo. Sigue mostrando la centralidad de la clase obrera. Que el poder es de clase, está en manos de la burguesía, y que de todos sus aparatos, el más importante es el Estado. Por último, estamos convencidos de que las monstruosidad del estalinismo fueron lo opuesto del pensamiento y el programa de Marx. Lamentablemente, aquel joven francés brillante e inquieto a comienzos de los años cincuenta no lo vio así.

* Véanse, por ejemplo, Tras las huellas del materialismo histórico, Siglo XXI, 1986, de Perry Anderson, y Contra el posmodernismo (una crítica marxista), El Ancora, Bogotá, 1993, de Alex Callinicos.

terça-feira, 6 de outubro de 2009

Honduras: para acabar com o golpe, fortalecer a mobilização popular

A volta do presidente Zelaya, agora asilado na embaixada do Brasil, encorajou a resistência popular ao se completar três meses do golpe. A ditadura respondeu, endurecendo a repressão contra o povo desarmado.

Desde a volta de Zelaya, a resistência denuncia 10 mortos pelas forças repressivas, centenas de feridos e cerca 400 pessoas foram presas em um estádio. A embaixada brasileira foi atacada com gases venenosos, que afetaram a todo o bairro. O governo decretou o estado de sítio, suprimindo todas as garantias constitucionais por 45 dias e cancelou, para silenciá-los, os dois grupos importantes de oposição ao golpe, o Canal 36 e a Rádio Globo, dos quais seqüestraram os computadores.

Diante da ofensiva repressiva, a resistência popular torna-se forte nos bairros, onde ela se manifesta e enfrenta a polícia e o exército. Mas o regime golpista, longe de ceder, avança em suas medidas repressivas para tentar impedir a revolta popular e seguir ganhando tempo, tentando legitimar suas eleições fraudulentas (que são em novembro).

Isto pode ser feito porque a OEA (Organização dos Estados Americanos) segue chamando de “um acordo” e o imperialismo estadunidense condena apenas “de boca”, mas na verdade mantem seus vínculos com os golpistas. Na última reunião da OEA, o representante yanqui, Lewis Amselem, disse que o retorno de Zelaya foi “irresponsável e estúpido”.

Negociação ou mobilização?

A “operação retorno” de Zelaya e sua aparição surpresa na embaixada, está ao serviço do fortalecimento da resistência ou da negociação? Do nosso ponto de vista, está ao serviço da negociação com os golpistas. Caso contrário, o governo de Lula nunca teria garantido o ingresso de Zelaya e nem que ele estivesse usando a embaixada como um comitê político em si. Diz-se que o governo de Chávez também foi parte dessa operação. Mas independentemente de quem realmente organizou, a realidade é que tudo indica que há um acordo, aprovado por ambos, para usar a presença de Zelaya como arma de pressão para buscar uma solução negociada baseada no acordo de São José (sob a mediação do presidente de Costa Rica). É claro que Lula surgiu como o homem mais próximo de Obama e do imperialismo, como o “negociador de conflitos”, buscando evitar o aumento da mobilização das massas. No caso de Honduras, Lula, Obama e a OEA estão jogados para evitar a todo custo que Micheletti caía como fruto de uma mobilização revolucionária.

A solução negociada segue atolada porque os golpistas, por enquanto, se negam a fazê-la. Talvez por isso, é que o imperialismo começa agora a tomar distância da “operação retorno”, quando em um primeiro momento Hillary Clinton havia manifestado, a semana passada, que o retorno de Zelaya foi “uma oportunidade para uma saída pacífica à crise” ( La Nación , Argentina – 29/09).

Reforçar a mobilização

A presença de Zelaya em Tegucigalpa reavivou a resistência ao golpe. Mas uma das debilidades da resistência é a sua direção. Pois Zelaya e os principais dirigentes da Frente (muitos influenciados pelo chavismo) seguem com sua política que visa controlar a mobilização para buscar uma negociação com os golpistas. Sua presença não está centrada em organizar a resistência, fortalecendo e aprofundando a mobilização, como o único caminho para derrubar Micheletti.

Por exemplo, Zelaya convocou o povo para a “ofensiva final” para segunda-feira (28/09). Mas convoca a “ofensiva final” como se tudo estivesse para ser definido na segunda-feira. Quando se trata de uma luta em curso, acaba tendo um aspecto aventureiro e outro de desmoralização para o povo, caso não seja o “final” que se anuncia. O dia 28/09 pode não ser contundente, com pouca preparação e em meio ao estado de sítio recém decretado. Por outro lado, Zelaya abraça os candidatos golpistas que o visitaram, e fala de um possível acordo com Micheletti. O sacerdote Andrés Tamayo, membro da Frente de Resistência e que acompanha Zelaya na embaixada, afirmou que: “o que necessita a Resistência é que o secretário geral da OEA, José Miguel Insulza, e o presidente costa-riquenho, Oscar Arias, se façam presentes em Tegucigalpa, caso contrário todo esforço será em vão”. Expressões que podem incentivar a desmobilização.

Lula, Arias e a OEA querem impor um pacto com os golpistas, e liquidar o castigo para eles, assim como qualquer convocação à Assembléia Constituinte. Isso é o que estabelece os acordos de São José.

Por isso, o centro é organizar e massificar a mobilização através de uma greve geral, para impor o que reivindca o povo em luta e a própria Frente de Resistência: o fora Micheletti e a restituição de Zelaya sem qualquer condicionantes. Boicote às eleições de novembro, liberdade aos detidos; basta de repressão e que se convoque uma Assembléia Nacional Constituinte Livre e Soberana.

Os socialistas revolucionários apoiamos a luta pelo retorno de Zelaya ao poder, ainda que saibamos que seria a volta de um governo patronal. Nós lutamos por um governo dos trabalhadores e campesinos em Honduras. Mas acompanhamos o reclamo democrático do povo hondurenho, o de restabelecer o governo que haviam eleito. Apoiamos a unidade de ação para derrotar o golpe, assim como o fizemos quando se deu o intento de se derrubar Chávez em abril de 2002, e também apoiamos a reivindicação massiva de restituição de seu governo. A possível caída de Micheletti, em virtude da luta revolucionária, seria um grande triunfo das massas, o que abriria melhores condições para seguir a luta por um governo dos trabalhadores.

Agora há que se seguir impulsionando a mobilização até derrubar a ditadura golpista, com seu Congresso e Corte Suprema, e não negociar com eles. O caminho para derrotá-los é a greve geral e a mobilização popular, organizando seus comitês de autodefesa, chamando os policiais e soldados a desobedecer a seus superiores, para passarem à resistência.

Todos os povos latinoamericanos, temos que apoiar esta perspectiva de rebelião popular hondurenha, para derrotar os golpistas e repudiar todos os intentos dos Estados Unidos e da OEA, para impor o pacto de São José ou qualquer condicionante ao povo hondurenho. A mesma exigência deve ser feita aos governos latinoamericanos, como Lula, Chávez, evo Morales ou Cristina kirchner, que dizem defender a democracia em Honduras, e em especial aos governos centroamericanos na fronteira: Guatemala, El Salvador e Nicarágua, que repudiem o “pacto de São José” e se ponham ao serviço incondicional de apoiar a luta do povo hondurenho.

UIT-QI - CIR
Unidade Internacional dos Trabalhores - QI - Comitê Internacional Revolucionári